A pesar del cambio extremista de lo analógico a lo digital, de los avances tecnológicos de la estabilización en la cámara y en el propósito, de los avances para lograr ISOs estratosféricos y de los milagros de las creaciones de imágenes y la nitidez en la posproducción, la simple inteligencia de esta cita sigue siendo válida actualmente.
La utilización de un tripode de laboratorio sigue siendo una manera fundamental de hacer mejor la calidad de la imagen en el instante de la captura, idealmente con el mínimo esfuerzo. por otro lado, ¿por qué varios fotógrafos dejan de lado esta sustancial utilidad, creyendo que es un obstáculo para su estilo por ser bastante engorroso o excesivamente irritante de montar?
Una de las probables causas es el creciente número de fabricantes que dan productos aparentemente comparables, lo que puede lograr que la elección de la configuración adecuada para sus pretenciones sea una tarea abrumadora. Para asistirle a tomar la elección correcta.
Compra el tripode de laboratorio más fuerte que puedas llevar, y escoge el que se ajuste al tipo de foto que haces y al grupo que usas. por ejemplo, si haces imágenes de arroyos, cascadas y paisajes en zonas costeras, escoge un trípode que alcanzar a soportar los elementos y sostener la cámara y el propósito firmes en el agua en movimiento. En cambio, si te dedicas a la fotografía urbana, puede bastar con un modelo más rápido.